CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

¡QUÉ DICHA, AMOR!

¡QUÉ DICHA, AMOR!

 

¡Qué dicha por sentirme en ti vivido,

amor! ¡Qué gran placer por habitarte!

Dime, mi vida: ¿qué pudiera darte

por haber con tu alma yo yacido?

 

Acepto en mí la deuda que he asumido

por la felicidad al encontrarte

y saber que tu espíritu comparte

el placer y cariño en ti sentido.

 

Tan sólo más amor puedo ofrecerte,

lleno de gratitud por el cobijo

que a mi ser tú le diste por quererte.

 

Permíteme que sea el escondrijo

de mi ardiente pasión por complacerte

tu dulce corazón, ¡mi regocijo!

SI ACASO ME LEYERAS ALGÚN DÍA

A GRANADA

A GRANADA

 

Sube suave rumor por tus laderas

para escalar tus torres almenadas,

curiosas, sobre el río así asomadas,

tras destellos del oro en sus riberas.

 

Esbeltas salas, ricas sus maderas

en primorosa taracea trabadas,

mocárabes preciosos, estrelladas

bóvedas, son de fuentes, y palmeras.

 

Rugir callado de leones suena

en los bellos palacios de Granada;

¡estancias donde mi alma se serena!

 

Y enfrente hermosa sierra muy empinada,

cuna de nieves y lagunas llena.

Y la vega a sus pies. ¡Ciudad soñada!

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

EN BRAZOS DE LOS SIGLOS

EN BRAZOS DE LOS SIGLOS

 

Cuando profundamente esté dormido

en brazos de los siglos, y esté ausente,

nada sabrás de mí, e indiferente

te será que en el mundo haya vivido.

 

¡Tanta ambición y anhelo perseguido!

Dime, ¿de qué sirvió si, ya inconsciente

de toda realidad, en tu presente

no existe ni el recuerdo de haber sido?

 

Contigo hablando estoy, ahora que puedo,

aunque quizás no hayas aún nacido,

pues quiero recordar que te antecedo,

 

y que veas en qué me he convertido,

pues tú tendrás igual que lo que heredo:

¡la muerte y destrucción en el olvido!

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

CIERRA LA PUERTA

CIERRA LA PUERTA

 

Cierra la puerta

y desnudemos nuestro cuerpo apasionado.

De cada prenda caída al suelo

brotará una flor del deseo compartido.

Solos con el tiempo, testigo silencioso,

suspiremos sobre este lecho de agapantos

con un fondo de jadeos anhelantes.

En un momento yo dejaré de ser yo

y tú dejarás de ser tú,

porque tú y yo seremos

una sola voz,

una sola alma,

un solo cuerpo,

un solo ser.

Y mientras te rodeo con el fuego de mis brazos

tú te fundes con mi vida

y nos convertimos en una sola vida.

La razón se oscurece

pues la acalla la pasión.

En ti me busco y en ti me encuentro,

y en tu esencia, que es mi esencia,

no quiero ser ya más yo

y no quieres ser ya más tú.

Somos uno, tú y yo fundidos,

y el tiempo nuestro testigo.

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

INSPÍRAME

INSPÍRAME

 

Te pido que un poema tú me inspires

haciéndome caricias amorosas

a cambio de palabras cariñosas

con que expresar yo pueda mis sentires.

 

Quiero que me estimules mis decires

con suaves carantoñas venturosas

para que yo escribir logre afectuosas

frases y que con ellas tú suspires.

 

Un poema de amor entusiasmado

me inculcas cuando así tú a mí me excitas

como jamás yo hube imaginado.

 

¡Sé tú siempre alimento deseado

de la dulce pasión que me suscitas!

¡Sé tú siempre mi amor enamorado!

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

LLORANDO ESTÁN LOS ÁRBOLES

LLORANDO ESTÁN LOS ÁRBOLES

 

Llorando están los árboles del río,

mas no emiten su queja, sino el viento

que, golpeando las ramas, instrumento

halla con que corear el dolor mío.

 

Paraje es sin sol, espacio umbrío,

sitio para llorar mi sentimiento,

idóneo lugar para el lamento

de un corazón herido, hoy sombrío.

 

En estas soledades he encontrado

lo que alivio me da y tranquiliza:

natura que me acoge y ha escuchado;

 

porque ella mi sentir exterioriza,

me encuentro mucho más reconfortado,

pues comparte el sufrir que me esclaviza.

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

LUNA SEDUCTORA

LUNA SEDUCTORA

 

¿Por qué tú así me miras tan risueña,

que parece que quieres seducirme?

¿Acaso desde el cielo, al percibirme,

de un triste corazón quieres ser dueña?

 

¿Porque esquiva y fatal mujer se empeña

en hacerme infeliz, a redimirme

acudes con mirar que hace sentirme

querido con amor que mi alma sueña?

 

¡Oh, mi querida Luna y seductora!:

Pues quieres cautivarme a tu belleza,

permíteme nombrarte a ti señora;

 

sí, señora de mi alma, pues presteza

muestras queriendo ser mi salvadora,

¡calmando mi dolor y mi tristeza!

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

VENTURA DE AMOR

VENTURA DE AMOR

 

Yo soy quien te arropaba suavemente

con pétalos de rosas encarnadas,

quien, con de amor palabras susurradas,

te hablaba en tus oídos dulcemente.

 

Yo soy quien con caricias, tiernamente,

tus piernas con las mías enlazadas,

se fundía contigo, allí entornadas

las miradas de amor, pausadamente.

 

¡Qué delirio gozoso! ¡Qué jadeante

respirar! ¡Qué suspiros encendidos!

¡Qué glorioso arrebato apasionante!

 

Y tras nuestra ventura fascinante,

ebrios los dos de amor, adormecidos,

quedaban sosegados los sentidos.

POEMAS

¡NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO!

¡NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO!

 

¡No quedan ruiseñores junto al río!

¿Quién me acompañará en mi apartamiento?

¿Quién me consolará en mi sufrimiento

en este caluroso y seco estío?

 

La rumorosa agua en el sombrío

paraje en el que estoy exhala lamento;

¡amarga compañía a cruel tormento

de un triste corazón, de amor vacío!

 

Aquella tierna flor de la ribera,

entonces bella, no tiene el aroma

ni tampoco el color que antes tuviera.

 

Esta orilla, que hermosa conociera,

desconocido y mustio rostro asoma

pues no está la mujer que yo quisiera.

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

MAR FURIOSO

MAR FURIOSO

 

Por sus fauces el mar espuma lanza

al chocar con la roca muy altanera;

dueña de su dominio, considera

que, recia, resistir debe, y se afianza.

 

Fuerte ruge la ola en su pujanza

expresando la furia que sintiera,

mas la piedra, muy altiva, pareciera

que rechaza al océano cuando avanza.

 

El agua ya humillada retrocede

por la atroz resistencia de la roca

y pausado vaivén allí sucede;

 

mas toma nuevo impulso que provoca

desafiante rugido que sucede

a otro embate furioso con que agrede.