NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

LLORANDO ESTÁN LOS ÁRBOLES

LLORANDO ESTÁN LOS ÁRBOLES

 

Llorando están los árboles del río,

mas no emiten su queja, sino el viento

que, golpeando las ramas, instrumento

halla con que corear el dolor mío.

 

Paraje es sin sol, espacio umbrío,

sitio para llorar mi sentimiento,

idóneo lugar para el lamento

de un corazón herido, hoy sombrío.

 

En estas soledades he encontrado

lo que alivio me da y tranquiliza:

natura que me acoge y ha escuchado;

 

porque ella mi sentir exterioriza,

me encuentro mucho más reconfortado,

pues comparte el sufrir que me esclaviza.

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