NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

CUANDO SEA UNA CARGA

CUANDO SEA UNA CARGA

 

Cuando nadie me quiera y sólo sea

una carga, llevadme al camposanto

con mi madre. Seguro que mi llanto

enjugará cuando ella allí me vea.

 

No me dejéis aquí si se recrea

en mi vida la muerte; solivianto

no haya por mi ausencia; ningún planto,

consolado por ella, mi alma desea.

 

Dejaré de llorar en compañía

de quien me dio la vida que aquí dejo,

porque tendré el consuelo que quería.

 

Si del mundo apenado yo me alejo,

no sufráis, que jamás a él volvería

pues de su cruel tristeza soy reflejo.

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

ALMA ENCARCELADA

ALMA ENCARCELADA

 

¿Por qué en la fortaleza que he creado

encarcelada mi alma está en su sótano?

¿Por qué en mi propio cuerpo yo aprisiono

al ente espiritual que me ha ocupado?

 

Si yo sobrevivirme he intentado

generando a criatura que traiciono,

sombrío panorama me ocasiono

confinando a este ser imaginado.

 

Necesito esperanza de otra vida

más allá de la muerte que es segura

al final de una etapa ya concluida.

 

Debe poder volar sin atadura,

porque si no será alma perdida

que cobrará en el fin cara factura.

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

SI VOLVIERA A NACER

SI VOLVIERA A NACER

 

Si yo naciera el día de mañana,

padre, habría de darte los abrazos

y besos que, orgulloso, no te di.

Si yo naciera el día de mañana,

padre, con tierno afecto y devoción

colmaría de risas tu mirada.

Qué injusto fui yo entonces, ignorando

que tu actitud tan firme de un inmenso

amor  paterno estaba rebosante,

olvidando que siempre tus desvelos

y tus ansias también fueron por mí.

Y yo, ciego e ingrato en mi altivez

quise olvidar tu afán de amor de padre.

¡Qué mezquino fui, padre, qué mezquino!

Está llorando mi alma arrepentida

por los besos que yo tanto te debo

y no podré jamás a ti ya darte.

Yo quisiera morir para poder

nacer de nuevo y darte todo aquello

que, miserable, un día te negué.

Si mañana volviera yo a nacer…

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

REPRIMIDO

REPRIMIDO

 

¡Destructora vorágine en mi pecho!

Inmenso torbellino de pasiones,

implacable arrebato de emociones

que exigís un estado satisfecho:

 

Aplacad vuestra furia, pues sospecho

que mi alma, despojada de ilusiones,

no podrá resistir las situaciones

que vosotras creáis por ruin despecho.

 

Si vengaros queréis porque no he dado

sustento a vuestro anhelo, perdón pido

por haberos, ingrato, silenciado.

 

Sabed que la razón me ha mantenido

rehén de su codicia, y me ha obligado

a vivir junto a ella, reprimido.

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

QUIERO ARRANCAR EL TIEMPO DE MI PIEL

QUIERO ARRANCAR EL TIEMPO DE MI PIEL

 

Quiero arrancar el tiempo de mi piel

aunque sea a jirones de experiencia,

aunque sangre mi alma,

aunque sienta el dolor que tanto la aterra.

Para que fluya libre de recelos,

para que viva de nuevo ingenua,

para que tenga sonrisa de niño,

voy a robarle el tiempo a mi esencia.

Quiero mirar de nuevo a todo el mundo,

quiero admirar el paisaje,

quiero observar el cielo

con inocencia.

Voy a extirpar el tiempo de mi piel

y quede desnuda mi alma.

¡No quiero ser de él su consecuencia!

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

LA ALHAMBRA

LA ALHAMBRA

 

¡Altas torres altivas y arrogantes

que despectivamente me miráis!

¡Enrojecidos muros que escucháis

del Dauro sus rumores incesantes!

 

¡Oh lujosos palacios fascinantes

que romances de amor, mudos, calláis!

¡Fuentes de suave son que allí habitáis,

que seducís sentidos, muy galantes!

 

Hoy vengo ante vosotros, desolado,

en busca del sosiego que me ampare

del dolor que en mi pecho se ha formado.

 

¡Dadme pronto el alivio que buscare

esta alma que, errante, ya ha encontrado

edén en que el pesar se mitigare!

NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

MELANCOLÍA

MELANCOLÍA

 

Desnúdanse los chopos junto al río

tiñendo de amarillo el verde suelo;

veloces nubes son del sol el velo

en este gris de otoño, hoy sombrío.

 

Parecen ateridas por el frío

las temblorosas hojas, y revuelo

de pájaros distrae triste duelo

de un pobre corazón, cual es el mío.

 

Suave rumor de arroyo en la ribera

endulzando su llanto lo corteja

para aliviar congojas que tuviera.

 

Grato aliento recibe ya su queja,

mas la melancolía que sufriera

el agua cristalina la refleja.

SI ACASO ME LEYERAS ALGÚN DÍA

POCO A POCO SE ENSANCHA MI PASADO

POCO A POCO SE ENSANCHA MI PASADO

 

Poco a poco se ensancha mi pasado

achicando el futuro que me espera,

en medio mi presente que hoy uniera

experiencia de ayer y afán soñado.

 

Rápido se desplaza el hoy llegado

a lo que en el ayer se convirtiera,

para estrecharse más lo que siguiera

al ahora que está ya comenzado.

 

Veloces hoy las horas van llegando

trayendo realidad a mi persona;

me van continuamente  actualizando.

 

La edad me determina y condiciona:

mi forma de vivir me va forzando

y ante mi postrer fin me posiciona.

SI ACASO ME LEYERAS ALGÚN DÍA

SOLEDAD

SOLEDAD

 

Todos piensan que estoy solo,

pero todos hoy se engañan,

pues tengo muchos amigos,

son amigos que me aman.

El primero es la tristeza

que a mi espíritu lo embarga;

también el tiempo está entre ellos,

siempre a mí él me acompaña,

en mi cara podéis verlo

pues mi edad misma lo avala.

También siempre están conmigo

los sentimientos de mi ánima,

el alma misma es mi amiga

que mis penas siempre aguanta.

Hay amigos del pasado,

en mi presente hoy andan,

los viejos recuerdos son

de algunas dichas pasadas,

también rancias ilusiones

para el día de mañana,

la incertidumbre del día

que a mí me amenaza al alba.

Otros amigos también,

los desvelos y esperanzas,

pero el que a mí más me quiere,

el que más a mí me ama,

el que siempre está conmigo

¡es la soledad del alma!

SI ACASO ME LEYERAS ALGÚN DÍA

COMO LA ROSA

COMO LA ROSA

 

Como al amanecer la fresca rosa

presume de su olor y de belleza,

y soberbia de sí cuando el día empieza

se exhibe en su jardín tan orgullosa,

 

así te muestras tú, tan ostentosa

con tu gran hermosura y fortaleza,

como la flor que ensalza su viveza

mostrando su color, muy vigorosa.

 

Mas declina a la tarde su frescura

anunciando vejez que empalidezca,

y en esta nueva etapa se inaugura;

 

veloz y a la carrera, ya madura,

como tú, quedará cuando anochezca

en el lugar donde ella vida apura.