CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

EVOCACIÓN

EVOCACIÓN

Tierra gris, dura y fría, de tarahales

que cruzan tristes campos de labranza,

desierto que implacable en ella avanza,

paraje mísero de espartizales.

 

Algún agricultor en habituales

labores de la tierra y de su crianza

a lo lejos se ve, y en lontananza

un ganado que va hacia sus corrales.

 

Hoy voy con la mirada recorriendo

lo que fueron ayer mis soledades

en mi etapa de niño ayer viviendo.

 

¡Qué fruición por tornar mis mocedades

a evocar, a esta tierra hoy volviendo,

con la que tantas, tengo, afinidades

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

CAMINO DEL AVELLANO

CAMINO DEL AVELLANO

También hoy pasear podré temprano

por la orilla del río, hacia la fuente,

y escucharé los mirlos en el puente

de la acequia que corre junto al llano.

 

Desde el camino que hay del Avellano

contemplaré Albaicín resplandeciente

de blancos cármenes en la pendiente

del cerro; Sacromonte en altozano.

 

Entre higueras, acacias y almecinos,

a maitines llamando una campana,

escucharé de un ruiseñor sus trinos;

 

llegaré donde el chorro de agua mana

y allí, contemplativo, tras los pinos,

yo me preguntaré: ¿vendré mañana?

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

LINDA NIÑA

LINDA NIÑA

Arriba trino de pájaro,

abajo río de plata,

entremedias linda niña

por la vereda, que pasa.

La hierba a sus pies se inclina

humillada a su pisada,

oculto el Sol en la fronda

no muestra su faz dorada

porque se siente envidioso

de luminosa mirada.

El agua con sus arrullos

susurra de amor palabras,

los pececillos suspiran

por su reflejo en el agua,

duendecillos de los bosques

síguenla con la mirada

y con canto dulces aves

la cortejan en las ramas.

¿Dónde vas mi linda niña,

dónde vas tan de mañana

con mi corazón robado

y mi alma enamorada?

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

¿POR QUÉ, SEÑOR?

¿POR QUÉ, SEÑOR?

Señor, ¿por qué me muestras tu crueldad

—si a quien amo no me ama—

haciendo que florezcan los rosales,

que la hierba se cubra de rocío

o se engalane el campo en primavera,

que el rugido del mar cabalgue en olas,

que seductoras, llegan a la playa,

con un vaivén continuo e interminable,

o que la alta montaña, al sentir frío,

de blanco manto cubra sus laderas,

que la alegre cascada al despeñarse

cante con cristalina voz su caída,

y las gotas de lluvia se confundan

con mi llanto, al pedirte que me quiera?

 

Señor, ¿por qué me muestras tu crueldad

—si a quien amo no me ama—

haciendo que perciba la sonrisa

de un niño, cuando yo le sonriera,

porque broten caricias del deseo,

o yo sienta la luz de una mirada;

porque suaves susurros en los oídos

hagan que el dulce amor en mí prendiera?

¿Por qué, Señor, permites la esperanza

que un día hubiera en mí, y que yo perdiera,

que los besos de amor sean expresión

con roce de unos labios encendidos,

del íntimo vibrar de dos amantes

que al par sus corazones ya latieran?

 

Señor, ¿por qué me muestras tu crueldad

—si a quien amo no me ama—

dando luz a la estrella que me alumbra,

sembrando de luciérnagas la noche

en esa negra y celestial pradera?

¿Y dejas que la brisa me acaricie

o que me arrulle el viento que, bajando,

me trae los aromas de la sierra?

¿Cómo permites que haya aún misterios

que el hombre descifrar aún no sepa,

que exista la poesía en la palabra,

que me emocione bella melodía?

¿Por qué, Señor, no quieres

que a quien tanto amo, al fin a mí me quiera?

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

CANTO A LA VIDA

CANTO A LA VIDA

¿Que cuánta vida me queda?

¿Y eso qué más da

si logro vivir el momento?

Si puedo contemplar el sol,

si en la montaña oigo del viento el eco,

si saboreo la fresa de tus labios,

si me embriaga el aroma de tu pelo,

si puedo con pasión amarte

y palpar con delirio tu cuerpo.

¿Qué más da cuánta vida me queda

si después ya no habrá sufrimiento?

¿Que cuánta vida me queda?

¿Y qué me importa a mí eso?

Si puedo estar a tu lado

dejando pasar el tiempo,

estrecharte en mis brazos fuerte

y sentir del amor su aliento,

mirarte a los ojos y decirte

«Oh cuánto te quiero»,

¿qué más da cuánto quede de vida

si vivo y disfruto el momento?

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

DE CORAZÓN A CORAZÓN

DE CORAZÓN A CORAZÓN

He de hablarte de corazón a corazón.

Cuando la distancia sea muro infranqueable

que impida oír mi voz;

cuando el amplio horizonte

sea océano entre los dos;

cuando estés en ese punto distante

y tus oídos no puedan percibir el susurro de mis labios,

escúchame en tu pecho.

Ahí, tu latido será mi latido,

pues con latidos te hablaré yo.

 

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

OJOS AIRADOS

OJOS AIRADOS

¿Cómo está encadenada mi mirada

a unos ojos airados, fiero cielo,

prisión que me retiene, cruel flagelo,

por vano afán de mi alma enamorada?

 

Prendido en tu mirar, pasión creada

por dardo que en mi pecho causa duelo

es muestra de un amor de inquieto anhelo

al ser por ti mi esencia cautivada.

 

Ojos que sin amor miráis airados,

¿por qué, con menosprecio a mi delirio,

estáis, para mi mal, tan enfadados?

 

Mas prefiero miraros enojados,

aunque ello signifique mi martirio,

antes que de mí veros distanciados.

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

SEDUCCIÓN

SEDUCCIÓN

Ninguna otra mis pupilas llena;

y si las miro, no dudéis, señora:

lo que disperso en otras enamora

vuestra beldad lo junta en gracia plena.

Dante Alighieri

De azúcar son tus pechos nacarados,

de cielo tu mirada luminosa,

oro tu cabellera esplendorosa,

de carmín son tus labios deseados.

 

Mis sentidos los tengo ensimismados

al contemplar mujer gentil y hermosa,

ciertamente la flor más asombrosa

admirada por ojos extasiados.

 

Recitarte mis versos hoy quisiera,

susurrarte  al oído suavemente

y que en tu corazón amor naciera;

 

estrecharte en abrazo tan ardiente

que a ti yo seducirte consiguiera.

¡Amor que nuestro espíritu contente!

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

AMOROSA PASIÓN

AMOROSA PASIÓN

Son tus ojos la luz que yo persigo,

tus besos de cariño dulce anhelo,

tus pechos nacarados mi desvelo,

tu altivo caminar mi cruel castigo.

 

Sólo con tu recuerdo yo mitigo

dolor de atroz desdén que es mi flagelo,

tormento de mi alma y desconsuelo

por mítica ambición a que me obligo.

 

Esclavo del amor,  quietud no hallo,

pues vida tengo que es vivir muriendo,

y muero por vivir, de ti lacayo.

 

Si sabes lo que hoy vengo sufriendo,

suplico tu favor, pues soy vasallo

de amorosa pasión que estoy viviendo.

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

A LA LUNA

A LA LUNA

Finísima rodaja te delata

en cielo que presides estrellado,

observando, curiosa, mi apenado

sentir por cruel ruindad de infiel ingrata.

 

Sólo le dio cariño, ¡oh insensata!

este  mi corazón necesitado

de expresiones de amor, martirizado

por aquella traición que lo arrebata.

 

¿Por qué escondida ocultas tu presencia

tras cortina de negra sombra, Luna?

¿Por qué encubres así tu concurrencia?

 

¿Acaso fuiste cómplice, en mi ausencia,

de aquella deslealtad que me infortuna

y sientes el pudor en tu conciencia?