A LA COBARDÍA
Justifica su miedo el que es cobarde
inventando el peligro inexistente,
y a diferencia de hombre que es valiente,
paralizado actúa siempre tarde.
La vida lo remolca en un alarde
de vana voluntad; falaz prudente,
por espanto no ejerce pues presiente
que existe una amenaza que le aguarde.
Escondido en la sombra que lo acoge,
es en el reino de Hades donde mora.
¡Feudo de atroz cobarde lo recoge!
Despreciado por todos, la demora
frente a celeridad, medroso, escoge,
condenado a vivir sin la victoria.