DE CORAZÓN A CORAZÓN
He de hablarte de corazón a corazón.
Cuando la distancia sea muro infranqueable
que impida oír mi voz;
cuando el amplio horizonte
sea océano entre los dos;
cuando estés en ese punto distante
y tus oídos no puedan percibir el susurro de mis labios,
escúchame en tu pecho.
Ahí, tu latido será mi latido,
pues con latidos te hablaré yo.