A GRANADA
Sube suave rumor por tus laderas
para escalar tus torres almenadas,
curiosas, sobre el río así asomadas,
tras destellos del oro en sus riberas.
Esbeltas salas, ricas sus maderas
en primorosa taracea trabadas,
mocárabes preciosos, estrelladas
bóvedas, son de fuentes, y palmeras.
Rugir callado de leones suena
en los bellos palacios de Granada;
¡estancias donde mi alma se serena!
Y enfrente hermosa sierra muy empinada,
cuna de nieves y lagunas llena.
Y la vega a sus pies. ¡Ciudad soñada!