NO QUEDAN RUISEÑORES JUNTO AL RÍO

CIERRA LA PUERTA

CIERRA LA PUERTA

 

Cierra la puerta

y desnudemos nuestro cuerpo apasionado.

De cada prenda caída al suelo

brotará una flor del deseo compartido.

Solos con el tiempo, testigo silencioso,

suspiremos sobre este lecho de agapantos

con un fondo de jadeos anhelantes.

En un momento yo dejaré de ser yo

y tú dejarás de ser tú,

porque tú y yo seremos

una sola voz,

una sola alma,

un solo cuerpo,

un solo ser.

Y mientras te rodeo con el fuego de mis brazos

tú te fundes con mi vida

y nos convertimos en una sola vida.

La razón se oscurece

pues la acalla la pasión.

En ti me busco y en ti me encuentro,

y en tu esencia, que es mi esencia,

no quiero ser ya más yo

y no quieres ser ya más tú.

Somos uno, tú y yo fundidos,

y el tiempo nuestro testigo.

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