BALANZA TRUCADA
Tu herrumbrosa balanza ves trucada
y callas. Ciega no eres: indulgente
con poderosos, cruel con pobre gente
triste que apenas tiene casi nada.
La que en un tiempo fue afilada espada,
verdugo del infame delincuente,
está hoy perezosa e indecente,
receptiva a las dádivas, mellada.
¿En qué te has convertido, extraña diosa?
No te conozco hoy pues en farsante
te has mudado, en extremo maliciosa.
¿Qué interés te ha empujado a ser maleante
en esta sociedad tan azarosa?
¿Qué te ha llevado a ser tan inquietante?