CRÍTICA A LA CONDICIÓN HUMANA Y CONSEJOS DE VIDA

BALANZA TRUCADA

 

BALANZA TRUCADA

 

Tu herrumbrosa balanza ves trucada

y callas. Ciega no eres: indulgente

con poderosos, cruel con pobre gente

triste que apenas tiene casi nada.

 

La que en un tiempo fue afilada espada,

verdugo del infame delincuente,

está hoy perezosa e indecente,

receptiva a las dádivas, mellada.

 

¿En qué te has convertido, extraña diosa?

No te conozco hoy pues en farsante

te has mudado, en extremo maliciosa.

 

¿Qué interés te ha empujado a ser maleante

en esta sociedad tan azarosa?

¿Qué te ha llevado a ser tan inquietante?

CRÍTICA A LA CONDICIÓN HUMANA Y CONSEJOS DE VIDA

A LA COBARDÍA

 

A LA COBARDÍA

 

Justifica su miedo el que es cobarde

inventando el peligro inexistente,

y a diferencia de hombre que es valiente,

paralizado actúa siempre tarde.

 

La vida lo remolca en un alarde

de vana voluntad; falaz prudente,

por espanto no ejerce pues presiente

que existe una amenaza que le aguarde.

 

Escondido en la sombra que lo acoge,

es en el reino de Hades donde mora.

¡Feudo de atroz cobarde lo recoge!

 

Despreciado por todos, la demora

frente a celeridad, medroso, escoge,

condenado a vivir sin la victoria.

CRÍTICA A LA CONDICIÓN HUMANA Y CONSEJOS DE VIDA, POEMAS

A LA SOBERBIA

 

A LA SOBERBIA

 Como el Sol cuando impide que el lucero

resplandezca con luz en su presencia,

de esta forma el soberbio así silencia

el éxito del otro que es puntero.

 

De su envanecimiento prisionero

pretende ser el astro en apariencia

que tiene más fulgor, más eminencia,

movido por espíritu altanero.

 

Absorto ante el espejo se recrea

en donde se refleja su arrogancia,

y así, exultante, allí se pavonea.

 

Desprecia a los demás con petulancia

y sólo de sus hechos alardea,

quitando siempre al prójimo importancia.

CRÍTICA A LA CONDICIÓN HUMANA Y CONSEJOS DE VIDA

LA LIBERTAD

 

LA LIBERTAD

 

¡No quieras libertad que sea libre!

Desea libertad encadenada:

la libertad que esté determinada

por ley que la controle y la equilibre.

 

Nunca tu corazón, latiendo, vibre

por una libertad desenfrenada,

que sea justa ley la secundada

que ni armonía y paz desequilibre.

 

Pide la libertad para crear norma

que sea libremente discutida,

pero del albedrío sea su horma.

 

Esa ha de ser la libertad querida,

la que libera al pueblo y lo transforma

en nación a ley libre sometida.