CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

LA PALABRA

LA PALABRA (Palabras de amor)

No esconden su color las margaritas

ni la olorosa rosa sus aromas,

no oculta primavera su belleza

y el triste otoño exhibe su hermosura

con hojas amarillas que en el suelo

le prestan un rumor a la pisada.

No disimula el viento su silbido

cuando tañe las ramas de los árboles,

ni evita su frescura suave brisa

que cabalga en las olas de la playa.

No se reprime el pájaro en su canto

cuando expresa su amor en verde rama,

y generosa tierra tras la lluvia

expone el germinar de sus semillas.

No palidece el sol en su alto cielo

ni la sombra se esconde de la noche,

ni las estrellas pierden su fulgor,

ni la montaña encubre blanco manto

que sobre sus laderas se aposenta.

Si la naturaleza así se expresa,

¿Por qué el hombre callar con la palabra?

Vuele libre y ligera, como el aire,

sonando sus armónicos al alba

de un nuevo amanecer que nos ofrezca

un mundo de ilusión y de poesía,

un mundo sin rencilla y de esperanza,

un mundo de entusiasmo y sin codicia,

Vuelen las mariposas de colores

con alas que no pesen en el éter

cargadas del ensueño y fantasía.

También que la palabra sea dardo

que se clave en el pecho vanidoso

del hombre lenguaraz y aprovechado,

del hombre encaramado en su soberbia,

del hombre pervertido y envidioso.

No quiero que enmudezca primavera

de bellas margaritas y de rosas,

ni el triste otoño en su melancolía;

no quiero que enmudezca el viento libre

que cabalga sobre olas en mar bravo,

ni enamorado pájaro en su rama,

ni el sol que nos alumbra desde el cielo,

ni la noche que alberga a nuestra sombra

con estrellas doradas que nos velan,

ni montaña arropada con su manto.

Que sea la palabra liberada

estandarte del mundo que nos una,

que sea la palabra liberada

tesoro que incremente su fortuna.

 

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

LAS GOLONDRINAS

LAS GOLONDRINAS

¿Dónde estuvisteis, negras golondrinas,

en este invierno frío terminado?

¿Dónde se oyó el trisar de vuestro canto

en vuelo que incesante surca el aire?

Por fin habéis devuelto la alegría,

en este ambiente cálido,

con ruidosos chirridos,

a un soñador nostálgico,

ese que ansiaba vida,

ese de fácil llanto

porque corre la vida presurosa.

Este alegre chirriar ha despertado

la viejas ilusiones de aquel hombre

que soñaba la eterna primavera,

la que alegráis vosotras mientras tanto.

Se han llenado de flores y de aromas

estos hermosos campos que me ofrecen

unas preciosas gamas

y que contemplo hoy,

desde la iglesia, en su alto campanario.

Algunas margaritas

han salpicado el verde

tiñéndolo de blanco.

Las ramas se han cubierto con las hojas.

Se han vestido de fiesta,

en la orilla del río, verdes álamos.

¡Ya tiene golondrinas su ribera!

Admirando el paisaje

siento que el corazón,

más fuerte en mí latiera.

Vienen las golondrinas y me han traído,

con los nuevos perfumes,

alegre y colorida primavera.

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

NO ESCUCHO SU CORAZÓN LATIENDO

NO ESCUCHO SU CORAZÓN LATIENDO

Escucho el corazón de la noche

porque quiero oír su latido.

Siento el son del viento

y el eterno rumor de las olas del mar.

También oigo el silencio.

En el interior de la tierra

siento del volcán su estruendo,

los pájaros en la alameda

y el arroyo, que por la ladera baja,

corriendo.

También escucho los grillos

y el mochuelo.

Pero, ¡ay!, no escucho su corazón latiendo.

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

MI PUEBLO

MI PUEBLO

Almendros aún desnudos,

pedregales,

majadas, pozos y espartizales.

¡Cortijos ya desiertos!

Sendero de bueyes y carretas,

de mulos, de segadores en el recuerdo.

Hoy llego hasta aquí

con mi alma emocionada,

henchido de nostalgias,

mi corazón de amor lleno.

En medio de este tosco paisaje

de aventuras infantiles,

de recuerdos,

laten con fuerza en mi pecho

añejos sentimientos.

¡Oh mi tierra de vides, de mieses,

de espejuelos,

de yeso sus casas blancas

que estremecido hoy contemplo!

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

EVOCACIÓN

EVOCACIÓN

Tierra gris, dura y fría, de tarahales

que cruzan tristes campos de labranza,

desierto que implacable en ella avanza,

paraje mísero de espartizales.

 

Algún agricultor en habituales

labores de la tierra y de su crianza

a lo lejos se ve, y en lontananza

un ganado que va hacia sus corrales.

 

Hoy voy con la mirada recorriendo

lo que fueron ayer mis soledades

en mi etapa de niño ayer viviendo.

 

¡Qué fruición por tornar mis mocedades

a evocar, a esta tierra hoy volviendo,

con la que tantas, tengo, afinidades

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

CAMINO DEL AVELLANO

CAMINO DEL AVELLANO

También hoy pasear podré temprano

por la orilla del río, hacia la fuente,

y escucharé los mirlos en el puente

de la acequia que corre junto al llano.

 

Desde el camino que hay del Avellano

contemplaré Albaicín resplandeciente

de blancos cármenes en la pendiente

del cerro; Sacromonte en altozano.

 

Entre higueras, acacias y almecinos,

a maitines llamando una campana,

escucharé de un ruiseñor sus trinos;

 

llegaré donde el chorro de agua mana

y allí, contemplativo, tras los pinos,

yo me preguntaré: ¿vendré mañana?

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

LINDA NIÑA

LINDA NIÑA

Arriba trino de pájaro,

abajo río de plata,

entremedias linda niña

por la vereda, que pasa.

La hierba a sus pies se inclina

humillada a su pisada,

oculto el Sol en la fronda

no muestra su faz dorada

porque se siente envidioso

de luminosa mirada.

El agua con sus arrullos

susurra de amor palabras,

los pececillos suspiran

por su reflejo en el agua,

duendecillos de los bosques

síguenla con la mirada

y con canto dulces aves

la cortejan en las ramas.

¿Dónde vas mi linda niña,

dónde vas tan de mañana

con mi corazón robado

y mi alma enamorada?

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

¿POR QUÉ, SEÑOR?

¿POR QUÉ, SEÑOR?

Señor, ¿por qué me muestras tu crueldad

—si a quien amo no me ama—

haciendo que florezcan los rosales,

que la hierba se cubra de rocío

o se engalane el campo en primavera,

que el rugido del mar cabalgue en olas,

que seductoras, llegan a la playa,

con un vaivén continuo e interminable,

o que la alta montaña, al sentir frío,

de blanco manto cubra sus laderas,

que la alegre cascada al despeñarse

cante con cristalina voz su caída,

y las gotas de lluvia se confundan

con mi llanto, al pedirte que me quiera?

 

Señor, ¿por qué me muestras tu crueldad

—si a quien amo no me ama—

haciendo que perciba la sonrisa

de un niño, cuando yo le sonriera,

porque broten caricias del deseo,

o yo sienta la luz de una mirada;

porque suaves susurros en los oídos

hagan que el dulce amor en mí prendiera?

¿Por qué, Señor, permites la esperanza

que un día hubiera en mí, y que yo perdiera,

que los besos de amor sean expresión

con roce de unos labios encendidos,

del íntimo vibrar de dos amantes

que al par sus corazones ya latieran?

 

Señor, ¿por qué me muestras tu crueldad

—si a quien amo no me ama—

dando luz a la estrella que me alumbra,

sembrando de luciérnagas la noche

en esa negra y celestial pradera?

¿Y dejas que la brisa me acaricie

o que me arrulle el viento que, bajando,

me trae los aromas de la sierra?

¿Cómo permites que haya aún misterios

que el hombre descifrar aún no sepa,

que exista la poesía en la palabra,

que me emocione bella melodía?

¿Por qué, Señor, no quieres

que a quien tanto amo, al fin a mí me quiera?

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

CANTO A LA VIDA

CANTO A LA VIDA

¿Que cuánta vida me queda?

¿Y eso qué más da

si logro vivir el momento?

Si puedo contemplar el sol,

si en la montaña oigo del viento el eco,

si saboreo la fresa de tus labios,

si me embriaga el aroma de tu pelo,

si puedo con pasión amarte

y palpar con delirio tu cuerpo.

¿Qué más da cuánta vida me queda

si después ya no habrá sufrimiento?

¿Que cuánta vida me queda?

¿Y qué me importa a mí eso?

Si puedo estar a tu lado

dejando pasar el tiempo,

estrecharte en mis brazos fuerte

y sentir del amor su aliento,

mirarte a los ojos y decirte

«Oh cuánto te quiero»,

¿qué más da cuánto quede de vida

si vivo y disfruto el momento?

CANTOS DE AMOR Y NATURALEZA

DE CORAZÓN A CORAZÓN

DE CORAZÓN A CORAZÓN

He de hablarte de corazón a corazón.

Cuando la distancia sea muro infranqueable

que impida oír mi voz;

cuando el amplio horizonte

sea océano entre los dos;

cuando estés en ese punto distante

y tus oídos no puedan percibir el susurro de mis labios,

escúchame en tu pecho.

Ahí, tu latido será mi latido,

pues con latidos te hablaré yo.